He comprado un caballo que se llama arsenico
cabalga siempre que compro un boleto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
De niño le encantaba andar a pata coja, alzar los brazos al cielo e ir dando brincos, imaginense la vergüenza cuando aún a los treinta siga intentando escapar del sentido
No hay comentarios:
Publicar un comentario