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De niño le encantaba andar a pata coja, alzar los brazos al cielo e ir dando brincos, imaginense la vergüenza cuando aún a los treinta siga intentando escapar del sentido
2 comentarios:
zevarto oñade treca horeiu qon
En el mar más elevado existen, a(t)unes más largos que otros, y desviaciones coralinas con los recuerdos más hermosos, sin embargo, me encantaron los abismos, y recuerdo porque fuí, pero por nada de este mundo podría volver allí.
Y la razón no era mala, sino más bien el camino que yo escogí.
sever larib irc seed raje dy orto ledo nules amrebas soma irebed sazi uq, oirar tnoco lodo tlamses neipon
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