De niño le encantaba andar a pata coja, alzar los brazos al cielo e ir dando brincos, imaginense la vergüenza cuando aún a los treinta siga intentando escapar del sentido
domingo, 8 de marzo de 2009
1925
Refleja una parada la ventana del cuarto, la entrada podría ser la misma que la salida, y yo aún estoy esperando.
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